Simplemente Richard Ashcroft

Keys to the world

En su último disco este ex integrante del grupo The Verve, el mismo grupo que se hizo conocido por la canción "Bitter sweet symphony" de Juegos sexuales, nos muestra en éste su nuevo disco como solista su sonido más intimo y envolvente.

Con una sólida base eléctrica y su inmutable guitarra acústica de fondo, el inglés reflexiona sobre la depresión, la muerte, la religión y el amor, algunos de los temas que más le preocupan. El hombre que lideró The Verve en los 90 compuso diez temas a lo largo de varios años, pero grabó la mayoría de ellos en un par de días en Richmond, al oeste de Londres.

Al contrario de lo que le sucede a muchos artistas, su voz ronca y conmovedora le juega a favor para los temas de Keys to the world. Canciones como Words just get in my way, Break the night with colour y Why not nothing? dejan en claro que Ashcroft no es el mismo de antes.

Porque una de las canciones que mejor suenan en el disco es Break The Night With Colour, con una letra sencilla pero efectista, cruda y perfecta, atención a la utilización de la flauta al final de la canción ya que le confiere una textura muy refrescante para lo que se suele hacer en estos días.
Words Just Get In The Way es un tema que podría haber encajado perfectamente en su primer disco o en cualquiera de The Verve, sencillo y tranquilo, con una melodia agradable. Keys To The World sirve como bisagra del álbum, con unas texturas muy logradas gracias al piano y los coros, el estribillo se repite constantemente, recórdandonos mucho al estilo de una canción como New York, de su anterior disco, que pasó sin penas ni glorias.
Sweet Brother Malcolm es una balada íntima, casi una canción para irse a la cama y da paso a Cry ’Til The Morning, intensa y amarga.

Richard Ashcroft siempre caminó a paso reposado, y en su tercer disco esa propiedad bien puede estar asociado a la madurez. En esas canciones Ashcroft canta como un hombre más grande.

Para escuchar:


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